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lunes, 30 de enero de 2012

Los Soviets en la Revolución rusa (1/3)


Los Soviets en la Revolución Rusa
Sería imposible comprender la revolución rusa sin tener en cuenta el fundamental papel de los soviets, una de las más grandes aportaciones que hizo a la historia revolucionaria. Con los Soviets nacían las nuevas instituciones de democracia obrera, a través de las cuales las masas podían aspirar a ver realizados sus anhelos revolucionarios, y serían también el embrión del estado socialista soviético, las bases sobre las que se apoyarían los bolcheviques en la insurrección de Octubre y la posterior guerra civil.
Y sin embargo, por fundamental que fuera su papel, los soviets no serían una creación de lo más avanzado del proletariado, de la vanguardia constituida en el Partido Obrero Socialdemócrata bolchevique Ruso (el POSD(b)R, también conocidos como bolcheviques), ni de algunos de los líderes más brillantes de la historia comunista como era el caso de Lenin, sino que fueron fruto de la creatividad espontánea de las amplias masas obreras revolucionarias de un país atrasado y eminentemente campesino como era la Rusia zarista.


Nacimiento de los Soviets

La Rusia atrasada, bajo la influencia de una serie de factores históricos completamente originales, dio al mundo el primer ejemplo, no sólo de un salto brusco de la actividad espontánea en época de revolución de las masas oprimidas (cosa que ocurrió en todas las grandes revoluciones), sino también de la significación de un proletariado que desempeñaba un papel infinitamente superior a su importancia numérica en la población; mostró por vez primera la combinación de la huelga económica y la huelga política, con la transformación de ésta en insurrección armada, el nacimiento de una nueva forma de lucha de masas y organización de las masas de las clases oprimidas por el capitalismo, los Soviets.
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.

Los Soviets aparecen en la historia por primera vez en 1905, en el marco de una insurrección espontánea de soldados, obreros y campesinos, a partir de una huelga política en San Petersburgo (después denominada Petrogrado, durante la era socialista Leningrado, y tras el triunfo definitivo de la reacción capitalista de nuevo San Petersburgo) que deviene en insurrección de las masas y sublevación de numerosos regimientos de soldados. En ese vacío de poder consecuencia del rápido colapso del estado zarista, las masas se organizan en los soviets de diputados obreros y soldados, donde eligen a sus representantes, siempre revocables, para que administren todas las esferas del poder estatal y económico.

Sin embargo, el contexto en que nacen de forma espontánea sólo puede ser calificado de particular; mientras el Estado ruso permanece bajo la forma de una monarquía absoluta y autocrática, sustentada por la vieja aristocracia, y obligada a emprender la “modernización” e industrialización del país por sus aspiraciones como potencia imperialista y la competencia de las potencias vecinas, en la sociedad rusa esta industrialización a marchas forzadas provoca el surgimiento de importantes contradicciones sociales, con una burguesía urbana que no ve satisfechas sus demandas democrático-burguesas en el zarismo, y una clase obrera joven, apenas sindicada y con escaso peso de la aristocracia obrera, pero imbuida de una ideología marxista madura y notablemente desarrollada en los países capitalistas de Europa Occidental.

En este contexto, las tensiones a las que se ven sometidas las clases sociales rusas como consecuencia de las guerras imperialistas, terminan de agudizar la tensión existente entre una sociedad protocapitalista y un Estado autocrático y semifeudal. Así es como la humillante derrota recibida en la guerra ruso-japonesa de 1905, prende la mecha insurreccional, que en pocas semanas se extiende por las principales ciudades de Rusia. Los campesinos se rebelan contra los terratenientes, las masas obreras transforman las reivindicaciones laborales en una huelga revolucionaria política, y los soldados, en su mayoría campesinos, se amotinan contra sus oficiales y se unen a los obreros en las calles al son de la Marsellesa. Así debe sonar toda revolución burguesa; salvo que en este caso, la burguesía rusa no tiene la fuerza ni la voluntad política para tomar las riendas de una insurrección que le coge a desmano mientras hacía malabarismos para salvar la monarquía zarista bajo una nueva fachada “constitucional”.

“... la humanidad no conoció hasta 1905 lo inmensa, lo grandiosa que puede ser y será la tensión de fuerzas del proletariado cuando se trata de luchar por objetivos verdaderamente grandes, de luchar de un modo verdaderamente revolucionario. (...). Delante iban los mejores elementos de la clase obrera, arrastrando tras de sí a los vacilantes, despertando a los dormidos y animando a los débiles. (...). Gracias a esta lucha, un nuevo espíritu agitó al pueblo ruso en su conjunto. Y sólo entonces fue cuando la Rusia feudal, sumida en un sueño letárgico, la Rusia patriarcal, piadosa y sumisa, se despidió del viejo Adán; sólo entonces tuvo el pueblo ruso una educación verdaderamente democrática, verdaderamente revolucionaria.
Lenin, “Informe sobre la revolución de 1905”

No era la primera vez en la historia que las masas populares armadas interpretaban un papel protagonista en el curso de una revolución burguesa; en 1789 sería la “chusma parisina”, los sans culottes, quienes armados asaltarán la Bastilla y tomarán el Palacio de las Tullerías. Sin embargo, las masas parisinas carecen de la conciencia de clase que sí estaba ya presente en el proletariado ruso; la clase obrera no ha alcanzado su madurez, y fluctúa entre las reminiscencias reaccionarias de artesanos y campesinos feudales, y la radicalidad democrática de la incipiente pequeña burguesía urbana. Por ello, aunque hasta 1795 no dejan de presionar a las distintas asambleas parlamentarias burguesas que surgen al calor de la revolución para ver satisfechas sus reivindicaciones, en ese momento histórico era imposible que dichas masas desclasadas pudiesen crear de forma espontánea sus propias instituciones, su propio poder en competencia con el recién nacido estado de la burguesía.

En 1905, las condiciones subjetivas del proletariado ruso, sí posibilitan el nacimiento de los Soviets, del poder proletario, durante el vacío causado por una revolución democrática pendiente. Así lo certifica Lenin, cuando apenas conoce la noticia desde el exilio escribe: “El Soviet de diputados obreros ha nacido de una huelga general, con motivo de la huelga y para propiciar los fines de la huelga. ¿Quién ha sostenido y ha terminado victoriosamente dicha huelga? Todo el proletariado, dentro del cual se cuentan, por fortuna en minoría, los que no son socialdemócratas. ¿Qué fines perseguía la huelga? Económicos y políticos, al mismo tiempo…”
Lenin. “Nuestras tareas y el soviet de diputados obreros.”

Ante los Soviets, la postura de algunos bolcheviques fue dubitativa en un principio, entre aquellos que rechazaban los soviets y pensaban que toda organización obrera revolucionaria debía estar dentro de los márgenes del Partido, y aquellos que abogaban por la participación en ellos de los revolucionarios. Sin embargo Lenin aprecia desde el principio, en 1905, la importancia histórica de esta nueva institución, pese a que las masas “soviéticas” abracen como referente a los oportunistas mencheviques. Por ello, Lenin llama a sus camaradas a “aprovechar la lucha conjunta con los camaradas proletarios, sin establecer diferencias por sus ideas, para predicar sin descanso y con firmeza el marxismo, la única concepción del mundo verdaderamente consecuente y verdaderamente proletaria.
“Cada paso de la lucha proletaria indisolublemente unido a nuestra actividad planificada y organizada de socialdemócratas, acercará cada vez más las masas de la clase obrera rusa a la socialdemocracia”.
Lenin. “Nuestras tareas y el soviet de diputados obreros”.

Fracasada la insurrección de 1905 gracias a la dubitativa postura de los oportunistas “socialdemócratas”, a la conciliación con los zaristas de los liberal-conservadores, y la inmadurez política de la clase obrera, los revolucionarios se enfrentarían a una oleada represiva que arrastraría a muchos al exilio, la cárcel o la horca. Sin embargo, la esperanzadora experiencia de su participación en los soviets quedaría como un recuerdo imborrable para las masas obreras rusas, y en el tiempo transcurrido entre 1905 y la insurrección de Febrero de 1917 este recuerdo no dejaría de alimentarse e idealizarse, manteniendo la llama revolucionaria en un proletariado al que le había bastado con apenas saborear las mieles de su dictadura de clase y del socialismo para anhelarlo con toda su fuerza.


¿Qué son los Soviets?

"Los Soviets -- decía Lenin ya en septiembre de 1917 -- son un nuevo aparato de Estado que, en primer lugar, proporciona la fuerza armada de los obreros y de los campesinos, fuerza que no está, como lo estaba la del viejo ejército permanente, apartada del pueblo, sino ligada a él del modo más estrecho; en el sentido militar, esta fuerza es incomparablemente más poderosa que las anteriores; en el sentido revolucionario, no puede ser remplazada por ninguna otra. En segundo lugar, este aparato proporciona una ligazón tan estrecha e indisoluble con las masas, con la mayoría del pueblo, una ligazón tan fácil de controlar y renovar, que en el aparato del Estado anterior no hay nada que se le parezca. En tercer lugar, este aparato, por ser elegibles y revocables a voluntad del pueblo, sin formalidades burocráticas, los hombres que lo integran, es mucho más democrático que los aparatos anteriores. En cuarto lugar, este aparato proporciona una sólida ligazón con las profesiones más diversas, facilitando de este modo, sin burocracia, las más distintas y más profundas reformas. En quinto lugar, proporciona una forma de organización de la vanguardia, es decir, de la parte más consciente, más enérgica y más avanzada de las clases oprimidas, de los obreros y de los campesinos, constituyendo, de este modo, un aparato por medio del cual la vanguardia de las clases oprimidas puede elevar, educar, instruir y guiar a toda la gigantesca masa de estas clases, que hasta hoy permanecía completamente al margen de la vida política, al margen de la historia. En sexto lugar, proporciona la posibilidad de conjugar las ventajas del parlamentarismo con las ventajas de la democracia inmediata y directa, es decir, reúne en la persona de los representantes elegidos por el pueblo la función legislativa y la ejecutiva. Comparado con el parlamentarismo burgués, es un avance de trascendencia histórica mundial en el desarrollo de la democracia. . .
Sin la iniciativa creadora popular de las clases revolucionarias no hubiera organizado los Soviets, la revolución proletaria en Rusia se vería condenada al fracaso, pues, con el viejo aparato, el proletariado no habría podido, indudablemente, mantenerse en el Poder. En cuanto al nuevo aparato, es imposible crearlo de golpe" (Lenin v. t. XXI, págs. 258-259).
Citado por J. V. Stalin. “La Revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos”.

Con estas precisas palabras resumía Lenin “qué eran los soviets”, el germen de la dictadura del proletariado, la organización para la conquista y gestión democrática del poder ejecutivo y legislativo de las masas armadas bajo la vanguardia proletaria, y concienciadas a través de su práctica revolucionaria directa. Y cabe destacar que en este texto hable de “crear el nuevo aparato” del Estado Socialista, mientras que en otros textos sitúe su nacimiento espontáneo (según la experiencia revolucionaria rusa, pero que sin embargo no se repitió en ningún otro país).
 El embrión de la República Socialista Soviética, coexistiendo tanto en 1905 (con la monarquía zarista) como en 1917 (con el Gobierno Provisional) con un poder paralelo.

viernes, 20 de enero de 2012

Espacio Rojo 22

En los próximos días iremos publicando los contenidos que integran el número 22 de nuestro Espacio Rojo, el cual puede descargarse como archivo pdf desde el siguiente enlace:
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/4695-espacio-rojo-22-los-soviets-en-la-revoluci%C3%B3n-rusa.html

Este número de Espacio Rojo tiene como punto de partida la charla “La Revolución de Octubre: Democracia y Dictadura” que organizamos el pasado mes de Noviembre y en la que intentamos aclarar algunos de los conceptos políticos que han poblado las calles y plazas del Estado español desde los inicios del 15M y que estaban, y están, dominados por la concepción burguesa de la política que confina a la juventud trabajadora en los límites del pensamiento burgués. Unos conceptos con los cuales concilia, dentro del movimiento obrero, el reformismo y el revisionismo siempre “cuidadoso” con el lenguaje para “no asustar a la clase obrera” y así poder seguir utilizándola como aval ante las clases dominantes en el reparto de poderes, vía elecciones, de su dictadura parlamentaria.
Sin embargo en este número hemos querido ir un poco más allá y centrarnos en el estudio de los Soviets rusos como especificación de la primera dictadura revolucionaria del proletariado triunfante en la historia de la lucha de clases. Porque a 95 años de la Gran Revolución Socialista de Octubre es necesario para la juventud obrera comprender que para los comunistas el Socialismo no consiste en hacer pasar el actual Estado capitalista de manos de la burguesía a manos de la clase obrera. Para los comunistas la Revolución y el Socialismo significan construir un Estado de Nuevo Tipo, es decir, construir un Poder que surge antagónico al régimen existente, que se extiende y expande en un proceso dialéctico, de guerra civil revolucionaria en donde dos formas sociales, la burguesa y la proletaria, entran en colusión directa como máxima expresión de la lucha de clases y como paso históricamente necesario hacia el socialismo y el comunismo.
Publicamos además nuestro saludo a la escuela de invierno de la JC en Almería, el artículo “El proletariado y sus verdugos” y un breve, pero clarificador, extracto de la Introducción realizada por F. Engels a “La guerra civil en Francia”.



lunes, 9 de enero de 2012

Saludo a la Escuela Comunista de Almería


Estimados camaradas de la JC de Almería:

No es nuevo decir que la principal tarea de la Juventud Comunista es la de forjar cuadros comunistas. Este trabajo, esta labor, aun teniendo siempre un centro gravitatorio que es la ideología marxista-leninista, requiere de esfuerzos que acompañen a las distintas circunstancias en que se encuentra el movimiento comunista, es decir, el sector más avanzado de la clase proletaria.

En nuestro tiempo el desenvolvimiento del movimiento revolucionario está inexorablemente unido a la recomposición del comunismo como referente ideológico de la clase obrera organizada, esto es, de la que objetivamente se representa hoy como vanguardia de la clase por encontrarse en condiciones de comprender que es necesario organizarse para luchar. 

En este aspecto, es de vital importancia para el movimiento comunista que los jóvenes nos forjemos en el marxismo-leninismo a través de la lucha teórica pues es necesario para el proletariado revolucionario trabajar por la derrota y el desenmascaramiento del revisionismo en todas sus formas, desde los que utilizan una jerga del siglo XXI hasta los que se escudan en los clásicos y la fraseología marxista. Esta derrota de las correas de transmisión de la burguesía supondría hoy para la clase obrera un gran avance en la práctica, en el duro camino de conquistar la independencia ideológica, política y organizativa de nuestra clase que en otro tiempo fue batallada por los bolcheviques y afianzada por la Internacional Comunista, pero de la que hoy quedan escasos restos aunque se mantengan firmes en la lucha.

Con todo esto las Escuelas de formación que desarrollan las organizaciones juveniles, por pequeñas que puedan parecer, son un gran paso en la marcha de la clase obrera. Pero estas Escuelas, estos procesos constantes de formación ideológica en el marxismo-leninismo y el bolchevismo, concepto éste que “sorprendentemente” chirría a muchos “comunistas”,  debe ser observado precisamente desde esa perspectiva de lucha ideológica, de lucha de dos líneas que es como se nos presenta hoy en primera instancia la lucha de clases, para poner sobre la mesa las cuestiones que dividen al movimiento comunista y resolverlas no en forma de unidad orgánica de los diversos destacamentos, sino de unidad ideológica a través de la base partidaria que no es otra que la de los principios del marxismo, de la Revolución Socialista, del reconocimiento de las tareas que tenemos enfrente y de la acometida consecuente de las mismas. 

De la comprensión de que es necesario resolver problemáticas objetivas que se plantean ante nosotros para reconstituir al sujeto de la Revolución, al Partido Comunista de nuevo tipo que cuando esté reconstituido no podrá presentarse ante la clase obrera como una estructura burocrática agotada en sí misma, ni envuelto en programas de gestión del Estado burgués más pendientes de subvenciones y puestos institucionales, de hacer seguidismo sindical y plantear reformas de tipo keynesiano o de usar un lenguaje políticamente correcto que de organizar a los trabajadores en torno al marxismo-leninismo. Deberá presentarse ante la clase con un programa de Poder, de Poder Revolucionario y deberá  también señalar cuales son las formas de lucha que habrá de adoptar la clase para alcanzar su Programa de revolución socialista, la única pendiente en los Estados imperialistas.

Con esto, y para escarnio de los demagogos, no pretendemos llevar mañana a las calles la consigna de “asalto al poder”. Los comunistas somos bastante más conscientes del estado en que se haya nuestra clase que los oportunistas. Pero para los comunistas el objetivo final lo es todo y tenerlo presente siempre es vital para así comprender, de la mano del marxismo, cuales son las contradicciones a resolver y las mediaciones sociales para llegar a ese objetivo.

Por ello en la formación y el estudio de la juventud obrera está hoy el primer paso para que el comunismo retome el vuelo como referente de vanguardia de la clase obrera. Por ello desde el colectivo de la Juventud Comunista de Zamora saludamos la Escuela de la Juventud Comunista de Almería. Porque frente al desentendimiento de la lucha ideológica que abandera el oportunismo, que no es más que conciliación con las ideas dominantes, las juventudes comunistas tenemos que plantear, hoy que vuelve a estar en boga el practicismo estrecho, que la ideología revolucionaria, que la teoría marxista-leninista y su reconstitución representa hoy la principal tarea práctica para el avance de la clase obrera organizada.

En Zamora, diciembre de 2011,

Juventud Comunista de Zamora

III Escuela de formación de los camaradas de la Juventud Comunista de Almería


A continuación publicamos diversos textos relacionados con la III Escuela de la Juventud Comunista de Almería que los camaradas realizaron el pasado mes de diciembre. 

Saludo inicial del secretario político de la UJCE Almería

Camaradas, Compañeros, bienvenidos a la III escuela de formación provincial de la UJCE-Almería, esta escuela, como las anteriores se han desarrollado en un momento de amplificación extraordinaria de las condiciones objetivas para la revolución que supone la actual crisis económica, pero nos vemos ante una ausencia total de las condiciones subjetivas, puesto que hoy por hoy no existe el Partido de la Revolución. Enfocada a contribuir por superar dicha situación es como se desarrollan estas escuelas, puesto que el desarrollo de los destacamentos entendemos que suponen el acercamiento de la reconstrucción del Partido de la Revolución.

Por lo dicho anteriormente se da por supuesto que hoy por hoy no existe como tal el partido encargado de guiar a la clase obrera en la senda de la revolución socialista, en la destrucción del viejo estado y en la instauración de la Dictadura del Proletariado. Sin embargo existen diferentes destacamentos más o menos orientados hacia posiciones justas.

Los diferentes destacamentos debemos de teorizar todos los aspectos de la lucha revolucionaria, desde la reconstrucción del partido hasta la toma del poder y el desarrollo del socialismo, sirviéndonos para ello del socialismo científico, además debemos de llevar a la praxis todo lo que nos sea posible, puesto que hay elementos que no se pueden poner en la práctica por la realidad concreta, como la lucha armada o la eliminación de la división social del trabajo, sin embargo entendemos que esto no es excusa para que no lo estudiemos y teoricemos, pues este es el auténtico programa político que tenemos para ofrecer a la clase obrera.

Así debemos fortalecer el socialismo científico como una herramienta de transformación, alejándolo de ser una doctrina, costumbre que nos pesa en nuestra militancia diaria, por los vicios y deformaciones que ha sufrido el Movimiento Comunista Internacional.

Se debe de analizar toda la historia de forma dialéctica y científica alejándonos de suposiciones dadas por hechas, poniendo especial énfasis a la época que va desde el primer tercio del siglo XX hasta nuestros días, puesto que esta etapa es en la que se empieza a gestar hasta que se desarrolla como hegemónico, el revisionismo en el seno del MCI, es decir se abandona el análisis científico y dialéctico al servicio de la clase obrera.

Además de desarrollarse en la teoría los destacamentos y contrastar dicha teoría con la realidad mediante la praxis han de contrastarlo entre ellos, la lucha de dos líneas no ha de ser únicamente interna de las organizaciones si no que tiene que ser extensiva a las relaciones de las organizaciones, la crítica constructiva entre organizaciones es vital para la formación del Partido de la Revolución, puesto que históricamente el marxismo siempre se ha formado con la crítica a las diferentes teorías oportunistas y ajenas a los intereses de la clase obrera, desde los primeros utópicos, hasta el revisionismo moderno, pasando por los economicistas o los luxemburguistas, si se hace un análisis científico y dialéctico y se le muestra como tal a la clase obrera el marxismo solo puede salir fortalecido de dicha batalla.

Todo esto supone que la lucha actual debe de estar en un grado elevado, dirigido al seno de la vanguardia proletaria, al fin de desarrollarla y obligarla a analizar, especialmente todo el ciclo revolucionario que va desde la aparición del marxismo hasta la liquidación de la URSS, haciendo crítica de todas las deformaciones que apreciemos e interiorizando todas las enseñanzas que adquiramos, solo así daremos un paso cualitativo y podremos empezar con la construcción del partido de la revolución.

Saludo del Secretario Político de la UJCE-Sevilla

Camaradas, desde Sevilla queremos transmitirles un cordial saludo y un fuerte apoyo a esta escuela, a sus militantes y a su proyecto leninista revolucionario.

Como comunistas debemos formarnos ya que somos científicos sociales, ingenieros y arquitectos de la vida social, porque no solo estudiamos la realidad si no que aspiramos a transformarla, a construir junto al proletariado, nuevas instituciones, espacios de lucha, de difusión, de debate y en última instancia nuevas estructuras económicas, una nueva manera de producir y repartir lo producido y un nuevo prisma cultural que ponga patas arriba desde el concepto de política hasta el propio concepto de ser humano.

Pero no somos como el resto de científicos, ni si quiera como los científicos sociales, no, los comunistas analizamos un problema en el que estamos profundamente inmersos, no somos imparciales, somos descaradamente partidarios, no nos mueve la vocación profesional ni las aspiraciones laborales que puedan tener otros compañeros científicos, a los comunistas nos mueven los hechos más visibles, sensiblemente latentes en nuestra sociedad, nos mueven más de 5 millones de paradas y parados, las miles de desahuciadas y desahuciados y no solo estos efectos tan desgarradores y visuales de la crisis, si no lo que no se ve tanto, es decir, la explotación y el saqueo capitalista a la gran mayoría de la población española y mundial.
Explotación que no es simplemente una formula aritmética creada por Marx,, no es la famosa formulita del capital ni de la plusvalía, no solo es eso, sino que tiene efectos sobre seres humanos, efectos que se traducen en desidia, humillación, escasez, necesidad, rutina, inseguridad, miedo, fatiga, desesperación, etc.

Hablamos de esas masas obreras del siglo XXI, informáticos, albañiles, camareros, reponedores, jornaleras, cocineros, dependientes, trabajadoras de las fábricas, mineros, etc. Sometidos a los vaivenes del mercado, a sus fluctuaciones, fluctuaciones que pueden arruinar sus vidas y la de sus familias, a unos salarios y a unas jornadas que lo hacen a uno esclavo de la producción, trabajar 9 horas, consumir 5 y dormir el resto. Sin tiempo material para el placer intelectual o social, trabajadores que no pueden leer a Marx, pero tampoco a Cervantes, a Bukowski, a Shakespeare, a Oscar Wilde o a Bécquer. Privados del tiempo material para el placer intelectual, pero también privados del tiempo material para el placer social, para compartir experiencias e inquietudes con otros trabajadores en espacios populares, zonas de ocio gratuitas, para aprender música, teatro o ajedrez. En su lugar nos queda una masa obrera juvenil que tiene que aprovechar las horas nocturnas del viernes y el sábado para alcoholizarse y desembarazarse de toda la tensión de una dura semana de trabajo esclavo.

No quiero extenderme mucho más en cuáles son las cosas que nos motivan a la investigación y al análisis de la sociedad. Ya sabemos lo que es el capitalismo, ya conocemos sus efectos, porque nosotros también somos obreros o hijas de obreras, y como científicos, también conocemos su causas, solo queda ahondar en cuál es nuestro papel como cuadros que aspiramos a dirigir al proletariado hacia su dictadura de clase, hacia su poder omnímodo, económico, ideológico, político, etc.

Hoy vamos a formarnos en lo teórico, vamos a estudiar (supongo) la economía política marxista, el materialismo dialéctico e histórico, la concepción marxista del Estado, etc.

Pero nuestras ideas no pueden quedarse en nuestras cabezas, pues ahí no sirven de nada, si no somos capaces de buscar a los trabajadores que de manera espontánea se están defendiendo de los diferentes ataques del capital, que luchan por el salario, por mantener las conquistas sociales del pasado e incluso por mantener su empleo y el futuro empleo de sus hijos, tenemos que estar con esos trabajadores, que son la avanzadilla de nuestra clase, tenemos que estar con ellos y hacerles llegar el marxismo-leninismo como herramienta que les permitirá comprender que la lucha por el salario o por el empleo, en sí misma, solo puedo abocar al fracaso o a un éxito temporal y relativo, el paro, la baja de los salarios, la privatización de los servicios, son la tendencia natural del capitalismo, lo que hoy ocurre en una empresa, mañana ocurre en otra, el primer paso para la creación de conciencia de clase, es que el camarero aislado en su conflicto por el empleo en el Bar Comas (por poner un ejemplo) se enfrenta al mismo monstruo que la periodista a la que despiden por sindicarse o que el reponedor que pelea por el cumplimiento de su convenio, que todos estas escaramuzas locales, forman parte de una guerra global que se llama lucha de clases.

El segundo punto es el objetivo bélico fundamental de esta guerra, la dictadura del proletariado, aquí tenemos que saber desenmascarar al Estado y a sus instituciones y mostrar pedagógicamente al proletariado, de tal forma que lo entienda y lo interiorice, que estas aparentemente neutrales y pacificas administraciones, se sostienen sobre la violencia más infame que aplica la clase de los capitalistas frente a la clase de los trabajadores y que estos últimos deben destruir estas instituciones y construir sobre sus cenizas las suyas propias, sus propias armas jurídicas, judiciales, policiales, militares, ideológicas, etc.

En fin, camaradas, a día de hoy no existe una gran organización que se dedique a ese trabajo entre las masas, en su lugar, tenemos a charlatanes y payasos del reformismo, hablando de regular el mercado, de contener a los capitalistas, educarlos, castigarlos en sus excesos, amansarlos con impuestos, es como si el rebaño de ovejas pretendiera legislar la forma y el modo en que serán devoradas por los lobos.

Este discurso de aumentar los salarios, subir impuestos y crear entidades de crédito para que el capital industrial pueda seguir produciendo y evitar la sobre-producción al menos temporalmente, es peligroso pues una parte importante de los trabajadores lo da por válido y lo sigue, así que tenemos que saber desenmascarar lo, eso como primer paso, como segundo paso necesitamos combatirlo, y para ello necesitamos independencia política de dicho discurso, necesitamos una organización netamente socialista científica, enemiga de la propiedad privada de los medios de producción, que defienda abiertamente la eliminación de los capitalistas como clase social y la subversión política del proletariado, erigiéndose en clase dominante y ocupando todos los espacios de poder a través de su organización de combate, El Partido Comunista.

Hoy nosotras y nosotros somos el germen de ese Partido Comunista, hoy esto lo decimos aquí, pero como decía José Martí, la mejor forma de decir es hacer, construyamos praxis revolucionaria en el día a día, practiquemos dinámicas revolucionarias de vanguardia en las organizaciones de masas en las que participemos, desarrollemos la lucha de 2 líneas en nuestras estructuras partidarias, construyamos espacios de lucha y empoderamiento proletariado en nuestros ámbitos cotidianos de socialización.
Sin más, un fraternal saludo desde Sevilla y que la escuela de un éxito camaradas.
Salud y Bolchevismo!!!

Valoración del Área Ideológica de la UJCE Almería sobre la Escuela

La UJCE-Almería tuvo como objetivo claro recordar y mantener las bases teóricas del Socialismo-Científico dentro de la militancia de Almería, además de mostrar la necesidad permanente de la formación teórica, no solo a nivel de colectivo, sino también a nivel individual. Para la UJCE-Almería la formación no acaba cuando acaba una ponencia, sino que nunca puede acabar la formación de cada militante, al ser esta siempre continua.
La escuela provincial de invierno de la UJCE-Almería trató:
·         Materialismo dialéctico, base filosófica del Socialismo-científico. Esta ponencia la dio Javier Ruiz, el área ideológica de la UJCE-Almería. Su ponencia trató fundamentalmente “las contradicciones” y la aplicación de la dialéctica a la sociedad, a la historia. a las fuerzas productivas (Materialismo Histórico) y, sobretodo, al partido de vanguardia. BIBLIOGRAFIA: “Sobre la Contradicción” y “Sobre la Practica” de Mao Zedong, “Sobre el Materialismo Dialéctico e Histórico” de Josef Stalin y “El Partido de la Revolución” de Ludo Martens
·         Socialismo Científico. Esta ponencia la dio Enrique Muñoz, secretario político de la UJCE-Almería. Su ponencia trató la formación del socialismo científico, la lucha contra el revisionismo y desarrollo la relación entre el materialismo dialéctico, histórico y la economía política. BIBLIOGRAFIA:”Del socialismo utópico al socialismo científico” de F. Engels, “El estado y la revolución” de Lenin y “Marxismo y revisionismo” de Lenin.
·         Economía política. Esta ponencia la dio Joaquín Ruiz, militante de base de la UJCE-Almería. Su ponencia trató los fundamentos de la economía política, las crisis capitalistas, teoría sobre el imperialismo, el imperialismo en la actualidad y la economía política en el socialismo. BIBLIOGRAFIA: “El Capital” de Marx, “el imperialismo y fase superior del capitalismo” de Lenin, “Antiduring” Engels, “la clase obrera en la época de las multinacionales” Peter mertens, “Sobre la cooperación” Lenin, “sobre el impuesto en especie” de Lenin, “problemas económicos del socialismo en la unión soviética” de Stalin.
·         Partido a nivel interno. Esta ponencia la dio Jonathan Moreno, área interna de la UJCE-Almería. Esta ponencia explicó el funcionamiento interno de una organización de vanguardia. BIBLIOGRAFIA: “Partido de la revolución” Ludo Martens
·         Partido a nivel externo. Esta ponencia la dio Antonio Jiménez, responsable político de la CJC Andalucía. Esta ponencia trató como debe efectuarse la planificación de la actuación del partido de nuevo tipo. BIBLIOGRAFIA: “Fundamentos del leninismo” de Josef Stalin
·         Estrategia. Esta ponencia la dio Thais Águila, área externa de la UJCE-Almería. Esta ponencia trató cual debería ser la estrategia a llevar a cabo por el Partido de nuevo tipo, analizando la situación de España en la actualidad. BIBLIOGRAFIA: “Contribución al análisis del imperialismo Español” de Unión Proletaria.

En la escuela se pudieron sacar en claro alguna críticas constructivas a Marx y Engels. Para la eliminación división social del trabajo es necesario no solo el desarrollo de las fuerzas productivas sino también es importante el valor subjetivo, por esto es necesario el Partido y la dictadura del proletariado, en este periodo. Si bien esta premisa se expone en la primera tesis sobre Feuerbach, también es cierto que idea no se desarrolla en todas sus obras y puede conducir al economicismo.

Todavía en el MCE es necesario redefinir cual es la estrategia revolucionaria en nuestro estado.

No podemos seguir las afirmaciones de Marx o Engels porque sí, sino porque utilizaron el método correcto para llegar a esas afirmaciones. Si se demuestran que tienen errores sus análisis debemos rechazar las afirmaciones obtenidas de este análisis. Un Marxista no es aquel que sigue a Marx sino aquel que utiliza el método analítico dialéctico correctamente y en las pruebas de la experiencia proletaria que hemos vivido a través del Ciclo de Octubre. De aquí y de la derrota ideológica del MCI se desprende la prioridad de la formación teórica y de la elaboración ideológica. Esto no se consigue a través de la formación interno sino también a través de la lucha de dos líneas.