Línea Proletaria

Línea Proletaria
NUEVA WEB POR LA RECONSTITUCIÓN DEL COMUNISMO. ¡DESARROLLEMOS LA LÍNEA PROLETARIA! ¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!

jueves, 23 de febrero de 2012

El proletariado y sus verdugos

(Artículo publicado en Espacio Rojo nº 22. Enero de 2012)
Para descargar pdf



Hace pocos días moría un verdugo de la clase obrera. Uno de esos “hombres de Estado” que son homenajeados por la burguesía por haber sabido mezclar su calidad de carnicero fascista con sus dotes para la diplomacia democrática. Ese era el currículum de Fraga, el de un fascista de la cabeza a los pies hasta que la luz de la democracia y los intereses de su amada nación española, la cual existe pues sino sería absurdo hablar de opresión nacional en este Estado, le mandataron abandonar las formas del caudillo para convertir a los “grises” en “maderos” y hacer mutar las viejas “leyes fundamentales” del régimen en una “moderna” “constitución” ajustada a las necesidades de la creciente burguesía española y su encuadramiento en el seno del imperialismo europeo.
A este fascista democratizado lo han alabado las plañideras del régimen, mostrando como anecdóticas frases como “La calle es mía” vertida por el verdugo poco después de que la policía nacional asesinase a unos obre-ros. No sorprende que los medios de manipulación cierren filas en torno a este elemento, su libertad de expresión es solo una más de las tantas libertades de que gozan las clases dominantes para imponer su terror. No obstante el patetismo y la vileza a la que han llegado muestran, en el campo de la “intelectualidad”, el grado de descomposición en el que se encuentran las sociedades de los Estados imperialistas y lo poco que pueden aportar a cualquier problema social.
A los jóvenes comunistas ni nos sorprende el culto político ni el mediático a la figurilla acartonada de Manuel Fraga.
Con ello certifican lo que ya sabemos: que los asesinatos de Grimau, de Ruano o de Puig Antich, de los fusilados del 27 de Septiembre o de los obreros de Gasteiz, entre muchos otros, no son producto de la arbitrariedad de las personas que en cada momento han figurado a las cabezas de un gobierno. Son asesinatos de clase. Son una dura advertencia a todos aquellos que nos organizamos y luchamos por la consecución de la Revolución. La clase obrera debe ser consciente de ello en todo momento.
Ocurre en la sociedad burguesa que la ideología dominante se presenta en múltiples formas. Siguiendo los parámetros que dicta el capital, en estos días también hemos oído a muchos elementos de la “izquierda” estatal pedir o propagar la idea de que Fraga y fascistas de su mismo pelaje sean juzgados por el actual régimen para sanear la memoria de las víctimas y hacer justicia. Si esto lo dicen demócratas radicales nos parece perfecto. Si intentan hacer pasar estas demandas por “revolucionarias” y “marxistas” entonces los denunciamos como agitadores burgueses dentro del movimiento obrero. Porque la justicia revolucionaria poco tiene que ver con la justicia de los tribunales burgueses. Los demócratas pequeño burgueses, intelectuales de “izquierda”... tienen una visión idílica de lo que es el Estado y la transmiten a la clase obrera. El Estado burgués sirve a los intereses del capital, es una máquina dispuesta contra la mayoría de la sociedad e irremediablemente separada y en contradicción con ésta. Es la burocracia que impide al obrero liberarse de la explotación y el control a que lo somete el capital y que falsamente “divide sus poderes” en legislativo, ejecutivo y judicial, para “servir” a la “sociedad civil”. Y decimos falsamente porque todas esas estructuras están controladas por las mismas clases a pesar de que entre ellas surjan conflictos que resuelven a través de sus mecanismos legales.
El “Estado” por el que luchamos los comunistas es aquel en que la democracia se amplia cualitativamente porque es por y para los trabajadores. La clase obrera en armas es la directora de la sociedad y no necesita un entramado burocrático ni miles de policías armados dispuestos contra el pueblo, porque ella es el pueblo. La clase obrera organizada legisla y ejecuta sus intereses de clase, al estilo de los Soviets, y por supuesto realiza su justicia sin necesidad de delegar en órganos ajenos a la sociedad.
Para hacer justicia la democracia de la clase obrera ,que es lo mismo que decir dictadura revolucionaria del proletariado, no necesita adornarse con togas ni con pomposas leyes que en la vida capitalista existen sólo para ser saltadas por quien las elabora y humillar a los explotados. La justicia popular, la justicia revolucionaria la realizan directamente las propias masas obreras organizadas sin necesidad de mirar a la jurisprudencia o a tribunales internacionales en La Haya o en Nuremberg. Un pueblo en armas está lo suficiente-mente capacitado para dictar sentencia a sus verdugos sin tutelas de ningún tipo más que las que él mismo se imponga.
Sano ejemplo de ello es el ajusticiamiento de Benito Mussolini por parte del pueblo italiano. Las masas ejecutaron a éste y a otros muchos fascistas italianos. Si Mussolini hubiese visto forjarse a la República Italiana que lo primero que hizo fue desarmar a los partisanos y devolverlos al “ora et labora”, quizás habría sido colgado “civilizadamente” o quizás hubiese muerto de la risa como le ocurrió a Pinochet o le pasará al genocida Fujimori. Pero Mussolinni cayó cuando la clase obrera italiana se hallaba aún armada y los partisanos tardaron poco en ejecutar, en las manos del camarada “Coronel Valerio”, la sentencia de muerte dictada por su pueblo.
La garantía única para que se ejerza la justicia obrera y revolucionaria con los verdugos capitalistas es que el proletariado se encuentre organizado independientemente como clase con intereses políticos antagónicos al capital.
Pedir al Estado burgués y a la democracia en general que sea justa para los obreros juzgando a los fascistas es desconocer u ocultar el carácter de clase del Estado y del fascismo y es pedirle al padre (el capital) que mate a sus vástagos (los fascistas), cuando barrer de la historia a ambos es una tarea de la clase revolucionaria, de la clase obrera. Ese es el mejor reconocimiento que po-demos brindar a los que siguen en cune-tas, a los que fueron torturados y a los que en cualquier parte del mundo sufren hoy la explotación del capitalismo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Sobre el falso anti-imperialismo (RC)

Publicamos el artículo "Sobre el falso anti-imperialismo" firmado por los camaradas de Reconstrucción Comunista porque entendemos que sirve para delimitar campo con el revisionismo. En los últimos años el imperialismo europeo y norteamericano implementa  intervenciones militares con el objetivo de reestructurar el mercado internacional y perpetuar su posición hegemónica global ante el ascenso de diversos bloques imperialistas, principalmente del bloque chino que ya tutea al norteamericano. 

El proletariado por su parte se haya en la mayoría de países alienado polítcamente con los intereses de otras clases pues está desprovisto de Partido Comunista como organismo social que detente y garantice la independencia del proyecto emancipador del proletariado con respecto al del resto de clases, situándose la reconstitución partidaria del comunismo como una necesidad, al igual que ocurre en el Estado español.

En este contexto el revisionismo parapetado en la mayoría destacamentos comunistas llama frente al imperialismo occidental, no a la resistencia anti-imperialista, sino a la defensa acrítica de estados burgueses a los que consideran "progresistas" por el mero hecho de que se encuadran en los viejos esquemas de la política internacional de los Andropov, Gorbachov y cía. Estos revisionistas solo hacen el ridículo ante la clase obrera, pues ven en los obispos de Irán una fuerza anti-imperialista, cuando éstos luchan únicamente por conformarse en el polo imperialista de la región asiática central. Se olvidan de la solidaridad con los revolucionarios kurdos e iraníes que son perseguidos y ahorcados en esos Estados teocráticos que poco o nada tienen que ver con las luchas progresistas de los pueblos oprimidos. Igualmente el revisionismo cierra filas con elementos como Gadaffi cuyos aportes a la Revolución Proletaria son nulos y cuya caída no responde a que fuese un "azote" del imperialismo sino a que el imperialismo ha encontrado, precisamente en sus colaboradores, a otros títeres más fáciles de manejar con los cuales podrán restablecer en mejores condiciones los TLC que ya había sancionado el ínclito gobernante defenestrado.  

Quienes predican que la clase obrera debe someterse en el campo internacional a los intereses de otras clases nacionales no han comprendido nada de la historia de la Revolución Proletaria Mundial. Ni los comunistas rusos ni los comunistas chinos cayeron nunca en tal despropósito y su lucha por la independencia política del proletariado y su apuesta porque éste se convierta en vanguardia anti-imperialista les condujeron al éxito revolucionario y a la instauración de la República Soviética en Rusia y de la Popular en China siendo así la avanzada internacional del proletariado y los pueblos oprimidos. Los otros "revolucionarios" los que pregonaban que la clase obrera debía fusionarse con la burguesía nacional frente a la "extranjera" fueron devorados por la Revolución ante la cual fueron los primeros en tomar las armas. Tal cual fue lo que hizo el menchevismo que llegó a acusar Lenin y los bolcheviques de ser "agentes alemanes". Su posición pequeño burguesa les obligó a cambiar el análisis marxista de la realidad por la propagación de sus sueños desgastados. Igual ocurrió con los socialistas españoles durante la IGM. Los que luego defenderían el ingreso en la III Internacional defendieron que la guerra imperialista debía ser transformada en guerra revolucionaria. La dirección del PSOE sin embargo nunca pudo ocultar sus deseos de que los imperialistas británicos y franceses alcanzasen la "victoria". Poco les importaba que ésta acarrease la muerte de millones de proletarios en trincheras que no eran de su clase.    

Nuestro próximo Espacio Rojo irá precisamente dedicado a la cuestión del imperialismo, echo que también nos anima a publicar a los camaradas de RC: 

SOBRE EL FALSO ANTI-IMPERIALISMO (RECONSTRUCCIÓN COMUNISTA)

Últimamente parece que hemos retrocedido a los años 60 o 70. Ante las agresiones imperialistas de EEUU en oriente medio o en áfrica, vemos como todo el mundo llama al “antiimperialismo”, e insulta a los llamados ninis, los que no están ni con los regímenes fascistas como Irán que defiende el imperialismo Chino, por un lado, ni con el imperialismo de EEUU. Pero la pregunta es qué es lo que entienden estos revisionistas proiraníes por imperialismo. Ya no existe ese mundo bipolar en el que se enfrentaban un campo socialista (a partir del 56 social imperialismo) y el mundo capitalista. Ese enfrentamiento entre bloques en el que Estados Unidos encarnaba al imperialismo ya no existe, tras el derrumbamiento del bloque socialista, ese mundo bipolar desapareció, dando lugar a la agudización de las contradicciones interimperialistas, las riquezas del mundo ya están repartidas, comienzan otra vez las luchas entre los bloques imperialistas y sus acólitos semicoloniales por un nuevo reparto del mundo. Por eso podríamos hablar de que, a nivel internacional, se está produciendo en el pasado reciente y en la actualidad una mayor disputa inter-imperialista por el reparto del mundo, mano de obra barata y materias primas. Así, podríamos hablar de dos bloques imperialistas enfrentados; por un lado EEUU y sus lacayos, y por el otro China-Rusia y sus lacayos. Los revisionistas hablan del imperio refiriéndose al norteamericano, y se alinean con los imperialistas chinos o rusos, hablan de antiimperialismo, mientras al mismo tiempo defienden la “macdonalización” a la china. Los dos bloques imperialistas son igual de nocivos y despreciables y hay que combatirlos por igual.

¿Cómo siguen estos revisionistas hablando de “la China Socialista” en pugna con el “imperialismo” cuando ha pasado tanto tiempo desde la contrarrevolución comandada por Deng Xiao-Ping tras la muerte del camarada Mao Tse-Tung en 1976? ¿Cómo pueden seguir hablando de socialismo, cuando con la muerte de Mao, la revolución y el socialismo en China murieron? ¿Acaso no es China, esa potencia “anti-imperialista”, que dicen los revisionistas, un modelo productivo y de consumo calcado del norteamericano? ¿No es capitalismo a imagen y semejanza del yanqui lo que el PCCh está desarrollando desde el poder? El revisionismo se refiere a China como “potencia anti-imperialista” cuando lo que quieren decir es que es “una potencia imperialista anti-imperialismo-yanqui”. 
Está claro que EEUU es la principal súper-potencia mundial, pero desde hace tiempo está en pugna con China, pues de eso trata y es la lógica del imperialismo. EEUU domina y subyuga bajo su bota gran parte del planeta, pero bien es cierto que China está tratando, y consiguiendo, de generar y ampliar sus zonas de influencia por todo el globo; América Latina, Asia, Oriente Medio, Europa, África…

Y para ilustrarnos repasemos una serie de ejemplos de lo más didácticos;
- En Europa, por ejemplo, como muestra del “internacionalismo proletario” que profesan los “revolucionarios chinos” (revolucionarios a ojos del revisionismo, claro está) está el apoyo que China le dio a las medidas que el gobierno de Zapatero adoptó contra los trabajadores: “China apoya las medidas adoptadas por Zapatero para el reajuste económico y financiero, con la firme convicción de que conseguirá la recuperación económica general. La gran parte china está dispuesta a explorar junto con su contraparte española cuantas modalidades de cooperación sean positivas y efectivas. Siendo China un país inversor responsable de largo plazo en el mercado financiero europeo y particularmente en el español, tenemos la confianza en el mercado financiero de España, lo que se ha traducido en la adquisición de su deuda pública, acción que proseguiremos en el futuro”. Esto decía no hace mucho Li Keqiang, mandamás chino, en un artículo para El País titulado “Trabajemos de la mano”.
- En África la presencia imperialista China es notable, y cada vez más. Las potencias emergentes que conforman el llamado BRIC (acrónimo que acuñó el economista Jim O’Neill en 2001), es decir, Brasil, Rusia, India y China, se han convertido en motor de lo que ellos han venido a llamar “recuperación económica mundial” y aspira a hacer sentir su peso en los asuntos mundiales. Eso se nota en su influencia en África, nada que ver con aquella amistad con el continente, como por ejemplo, con el Egipto de Nasser en la década de los 60. Pero más clara es la influencia de China en Zambia, que deja al descubierto su verdadera intención de volver a colonizar el continente africano, a la vez que le disputa la hegemonía mundial a EEUU. China es uno de los mayores inversores de Zambia, donde los ciudadanos chinos que ejercen de gerentes de las minas de carbón disparan a los mineros que se alzan en protestas por sus condiciones de trabajo, como ilustra el caso de los obreros de la mina Collum, en el sur de Zambia. Los sindicatos están hartos y aburridos de acusar a las compañías chinas con frecuencia de abusar de los trabajadores locales. Michael Sata, líder de la oposición populista en Zambia, sugirió que los chinos son intocables porque son la financiación del partido en el poder.
- En Oriente Medio su influencia es más conocida, por sus relaciones con Irán. Los imperialismos tiene ese saber hacer para con algunos países mal llamados tercermundistas, para convertirlos en su punta de lanza. Así pasa en el lado de EEUU con Colombia, e igualmente sucede en el lado Rusia-China con la participación de Irán. Irán, esa potencia emergente anti-imperialista para los revisionistas, una república donde se degrada a la mujer y se ahorcan a los verdaderos revolucionarios. Pero menos conocido y sabido es el trabajo conjunto de China con Israel en esa misma zona. Ya se sabe que la política hace “extraños compañeros de cama”. Veamos las palabras del Ministro Liang Guanglie durante un encuentro con el Ministro de Defensa israelí, Ehud Barak: “China valora sus relaciones con Israel y está dispuesta a ampliar y a fortalecer los intercambios y la cooperación pragmáticos entre los dos ejércitos, para hacer contribuciones al mayor desarrollo de las relaciones entre los dos países y las dos fuerzas armadas”. Por otro lado, el mismo Liang dijo, durante una reunión con el comandante de la Marina de Israel, Almirante Eliezer Marom que los lazos chino-israelíes se han desarrollado sin contratiempos desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas en 1992. ¿Todavía le quedan ganas a alguien de seguir hablando de la “China socialista actual anti-imperialista”?
- En América Latina cada vez más China gana terreno a la par que EEUU lo va perdiendo, por lo menos en lo que a influencia se refiere. No hay que esforzarse mucho por ver esas situaciones en Venezuela, Ecuador o Bolivia. En este continente, China aparece como la súper potencia imperialista en desarrollo que es, pero con una cara “humanista” y de “ayuda” a los países pobres. Poco más que un benévolo hermano mayor. Así, China explota el continente a nivel comercial, financiero, petrolero, minero y energético, contando con la ayuda y connivencia de según qué gobiernos, como es el caso del ecuatoriano Rafael Correa.

En este aspecto, cabría detener nuestra mirada un momento sobre las fuerzas “revolucionarias” y los gobiernos “populares” que han recibido a Ahmadineyad en un pasado reciente. Debemos reseñar lo primero qué tipo de estado es Irán, y más nosotros que tenemos relación fluida con organizaciones revolucionarias iraníes y conocemos de primera mano la realidad en Irán, que es un estado fascista, que reprime y ahorca a los revolucionarios, con la acusación de ateos, y oprimen y asesinan a otros pueblos como en el caso de los Kurdos. Es una vergüenza que lo reciban en Cuba con honores, la misma Cuba que se desangró en la lucha contra al apartheid, y ahora reciben al fascista de Ahmadineyad que es el homólogo Iraní de los imperialistas norteamericanos contra los que lucharon en África. ¿Somos nosotros los izquierdistas o sois vosotros los traidores? ¿Qué pasa con los 100.000 presos políticos revolucionarios que existen en Irán? Porque estando tan en boga como está el tema de los presos políticos en Cuba es lo primero que deberían haberle preguntado. Y no solo en Cuba, sino en todas esas “revoluciones” latinoamericanas como la de Venezuela, Nicaragua y Ecuador.

Todos los revisionistas hacen piña en torno a Irán, sin imaginárseles siquiera lo que supondría el vivir allí, donde les ahorcarían por ateos como les pasa a los compañeros kurdos e iranís. Probablemente cambiarían rápido de opinión y corregirían sus posiciones oportunistas. Para ser antiimperialista no basta con unirse al bloque imperialista emergente, eso es oportunismo y seguidismo a un bloque capitalista, hay que ser consecuente, nosotros también estamos contra los ninis, pero con una amplitud y contenidos distintos, ni trotskistas antiautoritarios, ni revisionistas, ni electoralistas burgueses, ni seguidistas, ni populistas capitalistas, ni nacionalistas, ni imperialistas yankees, ni imperialistas Chinos y rusos, ni fascistas Iraníes. China y EEUU optan por el mismo camino capitalista. China tiene muchas reservas y cree poder sortear así la crisis, comprando y explotando tierras y productos en África y América Latina u Oriente Medio. Ahí es donde sus intereses chocan con los de EEUU y otras potencias como las de Europa. Pero además, convierte a China en un país colonialista que empeora la vida de los habitantes de las tierras allá donde vayan.

La crisis actual no se puede “sortear”; es sistemática, es propia del capitalismo. Y de esta crisis, propia del capitalismo, no se va a salir, obviamente, con más capitalismo, sino de una de dos formas. O bien reduciendo el nivel de ingresoss y la calidad de vida de la inmensa mayoría de los habitantes del planeta, o bien mediante una alternativa al capitalismo, el socialismo, apoyada en rebeliones y movilizaciones populares, que poco o nada tienen que ver con apoyar a China y Rusia. Nosotros estamos con los pueblos y con las fuerzas revolucionarias en cada país, y en Irán no son Ahmadineyad y los ayatolas: son las guerrillas comunistas Iraníes y las fuerzas revolucionarias Kurdas. Esos son nuestros referentes y no los homólogos de los obispos.

Febrero de 2012
Reconstrucción Comunista (RC)
-Organización, Formación, Combate-
blog.reconstruccioncomunista.org



 

miércoles, 8 de febrero de 2012

Los Soviets en la Revolución Rusa (3/3)


Los Soviets rusos y su carácter universal
"La historia ha hecho esta jugarreta: los Soviets nacieron en Rusia en 1905, fueron falsificados en febrero-octubre de 1917 por los mencheviques, quienes fracasaron por no haber comprendido su papel y su importancia, y hoy ha surgido en el mundo entero la idea del Poder soviético, idea que se extiende con rapidez inusitada entre el proletariado de todos los países, mientras fracasan en todas partes, a su vez, los viejos héroes de la II Internacional, por no haber sabido comprender, del mismo modo que nuestros mencheviques, el papel y la importancia de los Soviets. La experiencia ha demostrado que en algunas cuestiones esenciales de la revolución proletaria todos los países pasarán inevitablemente por lo mismo que ha pasado Rusia."
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Lenin y los bolcheviques rusos comprendieron rápidamente el carácter internacional de los Soviets, el papel que necesariamente jugarían en el ciclo revolucionario que acababa de comenzar y que sacudiría los cimientos de la sociedad de clases y agitaría las conciencias de los obreros de medio mundo. Y Lenin y la recién creada III Internacional parecían tener motivos para la esperanza y el optimismo cuando el ejemplo soviético ruso, y la idea de la revolución, se extendían por media Europa levantando a los obreros, ayudándoles a romper las cadenas de la explotación para intentar seguir la estela de la primera revolución proletaria triunfante (tras la heroica derrota de la Comuna de París).

Es muy probable que la revolución llegue muy pronto en muchos países de Europa Occidental, pero nosotros, como parte organizada de la clase obrera, como partido, tendemos y debemos tener a lograr la mayoría en los Soviets. Entonces estará garantizada nuestra victoria, y no habrá fuerza capaz de emprender nada contra la revolución comunista.
Tesis e informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”

Y así parecía en un primer momento; los Soviets nacen espontáneamente en Alemania y Hungría aunque sin la participación en ellos de las amplias masas obreras o campesinas. Parte del proletariado en su afán revolucionario parece intentar reproducir así el ejemplo ruso. Sin embargo, estos soviets son más nominales que reales, la clase obrera de estos países no tiene la experiencia revolucionaria que por el contrario si había acumulado el joven proletariado ruso. La socialdemocracia está asentada tanto en Alemania como en Hungría, sus prácticas sindicalistas y parlamentarias han maleado la conciencia de los obreros, y el partido de los espartaquistas alemanes o el de los comunistas húngaros apenas acaba de ser “constituido” como simple escisión del ala izquierda de los partidos socialdemócratas, sin la lucha ideológica y política previa necesaria. Por ello, pese a que en un principio las recientemente derrotadas potencias centrales carecen de una fuerza armada leal para reprimir a estos soviets embrionarios y surgidos por imitación del modelo ruso, los socialdemócratas o socialtraidores rellenarán rápidamente este vacío poniéndose al servicio de la burguesía y reprimiendo sangrientamente cualquier germen revolucionario, sea como en Alemania desde el gobierno y aliados con los esbozos de fascistas que eran los Freikorps, o mediante el golpe de estado contra la recién nacida República Soviética Húngaro apoyados en los ejércitos imperialistas rumanos. Derrotado el espontaneismo revolucionario alemán y húngaro, la historia no volverá a ver nacer a soviets surgidos de forma espontánea.

… el curso general de la revolución proletaria es igual en todo el mundo. Primero, la formación espontánea de los Soviets, luego su extensión y desarrollo, más tarde, se plantea prácticamente la cuestión: Soviets o Asamblea Nacional, o Asamblea Constituyente, o parlamentarismo burgués; completo desconcierto entre los jefes, y por último, la revolución proletaria.
“Tesis e informes sobre la democracia burguesa y la dictadura del proletariado”

Quedaban así reflejadas las limitaciones de la concepción de los soviets elaborada por los bolcheviques, que basándose en la particular experiencia rusa (la experiencia que ellos mismos habían vivido), donde los soviets nacen de forma espontánea en el contexto de una revolución burguesa en un estado autocrático y semi-feudal, y tras una insurrección generalizada de soldados que arrebata las armas a las clases dominantes y las pone en manos de la clase obrera. Solo en este contexto podía darse el nacimiento espontáneo de los soviets y su coexistencia pacífica con el poder burgués hasta la insurrección. Sin embargo, estas condiciones ni se daban ni se darían en ningún otro país de Europa. Por tanto, los bolcheviques no habían teorizado sobre como el sujeto revolucionario debía dar el primer paso (es decir, la formación de los Soviets) ya que en su experiencia revolucionaria este primer paso lo tomaban las masas de forma espontánea. Por tanto, si los Soviets no surgían espontáneamente, ¿significa que los bolcheviques se equivocaban respecto al papel que estaban llamados a jugar? ¿Eran por tanto los Soviets una particularidad rusa que no podía trasladarse a otros países, tiempos y contextos?

Pero en este momento histórico se trata precisamente de que el ejemplo ruso muestra a todos los países algo, y algo muy sustancial, de su futuro próximo e inevitable. Los obreros avanzados de todos los países hace ya tiempo que lo han comprendido y, más que comprenderlo, lo han percibido, lo han sentido con su instinto revolucionario de clase.
De aquí la "significación" internacional (en el sentido estrecho de la palabra) del Poder soviético y de los fundamentos de la teoría y de la táctica bolchevique.
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Los bolcheviques no se equivocaban juzgando el papel que los Soviets están llamados a jugar en la revolución proletaria mundial. El Poder soviético tiene un “significado” internacional y por tanto debía pasar a formar parte de los fundamentos de la teoría y de la táctica marxista-leninista. ¿Pero por qué son necesarios los Soviets para el triunfo de la revolución proletaria? Muchas de las razones ya se han desarrollado a lo largo de este artículo... El propio Lenin podría señalar algunas más igualmente fundamentales:

-          A) La dictadura del proletariado y el estado socialista adquieren la forma de República Soviética.

La relación entre jefes, partido, clase y masas, y, al mismo tiempo, la de la dictadura del proletariado y su partido con respecto a los sindicatos, se presenta actualmente entre nosotros en la forma concreta siguiente: la dictadura la lleva a cabo el proletariado organizado en Soviets, dirigido por el Partido Comunista bolchevique (…) Se obtiene, en conjunto, un aparato proletario, formalmente no comunista, flexible y relativamente amplio, potentísimo, por medio del cual el Partido está estrechamente vinculado a la clase y a la masa y por medio del cual se lleva a cabo la dictadura de clase, bajo la dirección del Partido.
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

Y este Estado es compatible con la extensión de la democracia a una mayoría tan aplastante de la población, que la necesidad de una máquina especial para la represión comienza a desaparecer. Como es natural, los explotadores no pueden reprimir al pueblo sin una máquina complicadísima que les permita cumplir este cometido, pero el pueblo puede reprimir a los explotadores con una "máquina" muy sencilla, casi sin "máquina", sin aparato especial, por la simple organización de las masas armadas (como los Soviets de Diputados Obreros y Soldados, digamos, adelantándonos un poco).
Lenin. “El Estado y la Revolución”.

-          B) La elevación de la conciencia de las amplias masas proletarias solo puede lograrse mediante su participación revolucionaria a través de los Soviets.

Mientras se trate (como se trata aún ahora) de atraerse al comunismo a la vanguardia del proletariado, la propaganda debe ocupar el primer término; incluso los círculos, con todas las debilidades de la estrechez inherente a los mismos, son útiles y dan resultados fecundos en este caso. Pero cuando se trata de la acción práctica de las masas, de poner en orden de batalla -- si es permitido expresarse así -- al ejército de millones de hombres, de la disposición de todas las fuerzas de clase de una sociedad para la lucha final y decisiva, no conseguiréis nada con sólo las artes de propagandista, con la repetición escueta de las verdades del comunismo "puro".
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.

La verdadera educación de las masas no puede ir nunca separada de la lucha política independiente, y sobre todo, de la lucha revolucionaria de las propias masas. Sólo la lucha educa a la clase explotada, sólo la lucha le descubre la magnitud de su fuerza, amplía sus horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteligencia y forja su voluntad.
Lenin, “Informe sobre la revolución de 1905”

La importancia capital e insustituible de los Soviets para el triunfo de la revolución queda así más que demostrada. Sin embargo, el primer paso del que Lenin hablaba para todo ello, “la formación espontánea de los Soviets”, resulta basarse únicamente en la particularidad rusa y ser irrepetible en los países industrializados de Europa. Y sin Soviets, como los bolcheviques habían comprobado, era imposible conquistar y organizar a las amplias masas para el triunfo revolucionario y la construcción del Estado socialista. Por tanto, si los Soviets son necesarios para la revolución, y en los estados burgueses no surgen de forma espontánea, los Soviets deben ser creados por el propio Partido Comunista, deben formar parte de la estrategia de la vanguardia proletaria.
En este sentido, pretendemos que este artículo sirva para traer luz a éstas cuestiones desconocidas de la Revolución de Octubre, derribar los dogmas falsos sobre la misma difundidos por los sectores más atrasados del movimiento comunista con la intención de justificar su práctica oportunista presente, y para enfocar el debate en el seno de la vanguardia hacia las cuestiones fundamentales que toda estrategia revolucionaria debe tener en cuenta; la creación de los Soviets o Nuevo Poder por el Partido Comunista, y la participación de las masas revolucionarias en los mismos.

El autor -(y esperamos que a estas alturas también los lectores)- ha comprendido admirablemente que no es el parlamento, sino sólo los Soviets obreros, los que pueden proporcionar al proletariado el instrumento necesario para conseguir sus objetivos, y, naturalmente, el que hasta ahora no haya comprendido esto, es el peor de los reaccionarios, aunque sea el hombre más ilustrado, el más experimentado político, el socialista más sincero, el marxista más erudito, el ciudadano y padre de familia más honrado.
Lenin. “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”

miércoles, 1 de febrero de 2012

Los Soviets en la Revolución Rusa (2/3)



Coexistencia “pacífica” del poder burgués y el poder proletario


"Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas."
Lenin. “Las tareas del proletariado en la presente revolución”

En el vacío de poder que sigue a la caída del régimen zarista en 1917, surge una dualidad de poderes; el poder obrero y campesino de los Soviets, y el poder burgués del Comité de la Duma de Estado, el embrión del parlamento y la democracia burguesa. Ambos poderes compiten en un primer momento por controlar a la fuerza armada, a los soldados sublevados. Los bolcheviques apuestan desde el principio por los soviets, mientras que los oportunistas mencheviques y social-revolucionarios, aún con mayoría en los propios soviets y amplio apoyo en las masas, pretenden crear una caricatura de soviets que solo sirva como sostén del parlamento burgués y refuerzo de sus reivindicaciones en el mismo. Por ello, desde los propios soviets en los que tenían la mayoría, llamaban al pueblo a apoyar al gobierno provisional compuesto por miembros de los partidos de la burguesía y la pequeña burguesía, lo que en la práctica significaba una traición a la voluntad revolucionaria de las masas obreras, y una negación de la independencia política del proletariado. Su pretensión era conciliar los intereses de la pequeña burguesía, el campesinado y la clase obrera con los de la gran burguesía con la excusa de que la sociedad rusa “no estaba lo bastante desarrollada para la revolución socialista” y asumiendo que solo la burguesía podía liderar la presente revolución burguesa, poniendo toda la confianza de las masas en el Gobierno Provisional y no en los Soviets de diputados obreros. Sin embargo, Lenin y los bolcheviques defendían que solo el proletariado revolucionario podía liderar y desarrollar la revolución burguesa sin las vacilaciones de la burguesía rusa, y desde la dictadura del proletariado dar paso seguido al socialismo.

Esta dualidad de poderes era considerada por Lenin un momento “transitorio” en el que la revolución proletaria (que según Lenin ya estaba en marcha aún antes de la insurrección de Octubre) “ha rebasado ya los cauces de la revolución democrática burguesa corriente”.
De hecho, los pocos Soviets que desde el principio contaron con una mayoría de diputados obreros de tendencia bolchevique, en general en ciudades industriales de la zona central, iniciaron ya en Marzo una confrontación directa contra el poder burgués, con medidas como la incautación de imprentas, el desarme de la policía, la organización de milicias o asumiendo la administración de la justicia y de la producción fabril arrebatada a sus dueños capitalistas. Valga de ejemplo el Soviet de Viázniki, que actuaría como único poder “legislativo”, imponiendo las reivindicaciones obreras a los empresarios sin negociación de ningún tipo. Este control de la producción sería asumido por otros soviets bolcheviques, ante lo cual la burguesía, por boca de los mencheviques, dando por perdida la administración privada de los medios de producción, reclamaba la “gestión estatal” a sabiendas de que el estado democrático-burgués servía a sus intereses de clase, lo cual recuerda en la actualidad a ciertos países y sus apoyos entre algunos comunistas locales que bajo la “presión popular” aceptan la “gestión estatal de la economía” pero sin dictadura del proletariado.

El referente de estos primeros soviets revolucionarios confrontado con los soviets conciliadores y pasivos dirigidos por eseristas y mencheviques, mostraría en la práctica a las masas la imposibilidad de que los partidos burgueses tuvieran en cuenta sus reivindicaciones y cumplieran sus promesas, dejando al descubierto la vacía retórica revolucionaria de los oportunistas que a la hora de la verdad reprimían cualquier tendencia revolucionaria del proletariado.

Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este Gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.

Lenin. “Las tareas del proletariado en la presente revolución” (Tesis de Abril)


Los bolcheviques, como resultado de su correcta crítica al oportunismo y su táctica revolucionaria, amparada en la maniobrabilidad que posibilita el Partido de Nuevo Tipo armado ideológicamente para la revolución, irán ganando la mayoría en todos los soviets, convirtiéndose así en soviets revolucionarios ejecutando el programa del Partido leninista. El proceso es relativamente largo, y en él los bolcheviques concilian momentos de ofensiva como las manifestaciones de Abril contra la guerra imperialista o asumiendo el liderazgo de la ira espontánea de las masas en Junio y la oposición armada de los Guardias Rojos al intento de golpe de estado de la reacción encabezada por Kornílov como momentos de repliegue en Julio tras el fracaso insurreccional de Junio y la represión amparada por los soviets conciliadores liderados por los mencheviques y eseristas. La capacidad de alternar sus consignas de los bolcheviques sin perder el objetivo revolucionario les lleva a abandonar la consigna de “todo el poder para los soviets” cuando estos reprimían a los obreros en defensa del gobierno burgués en Julio, y retomarla posteriormente, cuando los Guardias Rojos organizados por los bolcheviques derrotan a las tropas contrarevolucionarias de Kornílov luchando al lado del Gobierno Provisional y de mencheviques y eseristas, pero no por ellos, demostrando así la debilidad y vacilaciones del gobierno provisional y de los oportunistas cuando derrotada la reacción éstos se niegan a tomar el poder para “sus” soviets, y en vez de ello pretenden que sigan sosteniendo el ficticio gobierno de Kerenski. La propia percepción y experiencia de las masas en estos meses revolucionarios desde Febrero a Septiembre desenmascara a los oportunistas y su papel conciliador con la burguesía al frente de los Soviets, a la vez que erige a los bolcheviques como su referente. Es así como los bolcheviques consiguen la mayoría en los soviets de soldados y obreros de las principales ciudades, ganando así al nuevo poder para la causa revolucionaria, y sólo entonces, solo una vez controlados los soviets, que se habían extendido por toda Rusia, pudieron los bolcheviques encarar con garantías de éxito la insurrección.

El 3 y 4 de julio se podía, sin faltar a la verdad, plantear el problema así: lo justo era tomar el Poder, pues, de no hacerlo, los enemigos nos acusarán igualmente de insurrectos y nos tratarán como a tales. Pero de aquí no se podía hacer la conclusión de que hubiera sido conveniente tomar el Poder en aquel entonces, pues a la sazón no existían las condiciones objetivas necesarias para que la insurrección pudiera triunfar (…)
No contábamos todavía con la mayoría de los obreros y soldados de las capitales. Hoy tenemos ya la mayoría en ambos Soviets. Es fruto, sólo de la historia de julio y agosto, de la experiencia de las "represalias" contra los bolcheviques y de la experiencia de la kornilovada.
Lenin, “El marxismo y la insurrección”

Así hablaba el propio Lenin de las “condiciones objetivas” para tomar el poder; tener la mayoría en los Soviets revolucionarios. Estos soviets bolcheviques serán auténticas bases para el triunfo de la insurrección armada de Octubre, y desde donde las masas son partícipes de la táctica de los comunistas y llevan a cabo su revolución. La tan manoseada “acumulación de fuerzas” no tuvo lugar en los sindicatos recientemente creados en la Rusia de 1917, ni en los comités fabriles (en manos bolcheviques desde mucho antes) ni en la Duma o Asamblea Constituyente; tiene lugar en los soviets obreros, en el Nuevo Poder proletario, donde las masas, llevadas por su experiencia revolucionaria, abrazan el comunismo y reconocen como suyo al Partido Bolchevique.

Si este proceso fue salvo casos puntuales (Febrero, Junio y Agosto) “pacífico”, o al menos de coexistencia de ambos poderes sin abierta confrontación, sería gracias únicamente a las especiales e irrepetibles circunstancias de Rusia, donde el estado zarista, y especialmente su ejército, ha quedado desbaratado como consecuencia de la insurrección de los soldados en Febrero, en gran parte motivada por la carnicería de la guerra con Alemania, y la demasiado tiempo postergada revolución democrática. Tras esta insurrección surgen unos soviets dominados por el oportunismo, que no representan un peligro inminente para la burguesía, sino más bien un apoyo y un medio para la pacificación y control del agitado proletariado ruso. A ello se une que cuando los soviets viran hacia la revolución de manos de los bolcheviques, la burguesía sigue sin tener el control del fusil (de los soldados) y aún carece de una capacidad armada tal como para aplastar y reprimir estos soviets (fuerza que estaban en proceso de reconstruir con las unidades de cadetes). Y aún así, pese a todas éstas particularidades, el triunfo insurreccional de Octubre habría sido imposible sin los Guardias Rojos, milicias obreras y masas que los bolcheviques no dejan de armar desde Febrero.

Pero los soviets para los bolcheviques son sobre todo la encarnación institucional del Estado Socialista, el medio por el que las masas podrían ejercer la dictadura del proletariado, y donde el programa de los bolcheviques podía ser refrendado y ejecutado por el proletariado. Por ello, sin la organización previa del Nuevo Poder de los soviets, sin la experiencia política que este proporcionaba a las masas, era imposible sostener el efímero triunfo de la insurrección de Octubre. Solo la consolidación del poder soviético posibilitaría la victoria de los bolcheviques en la guerra civil que estalla tras la insurrección de Octubre, y en la que oportunistas socialdemócratas, burgueses, aristócratas y potencias imperialistas intentan aplastar y apagar en sangre la llama revolucionaria que había prendido en Rusia.


Soviets y masas armadas

Sí, hay que detenerse, en cambio, en algo que seguramente no está del todo claro para todos los camaradas, a saber: que el paso del Poder a los Soviets significa hoy, en la práctica, la insurrección armada. Podría creerse que esto es algo evidente, y sin embargo, no todos se han parado ni se paran a meditarlo. Renunciar hoy a la insurrección armada equivaldría a renunciar a la consigna más importante del bolchevismo (todo el Poder a los Soviets) y a todo el internacionalismo revolucionario proletario en general.
Lenin, “Consejos de un espectador”

Los Soviets nacen en 1905 y de nuevo en 1917 bajo la protección de las tropas y soldados insurrectos. El fusil y el poder obrero están ligados así desde su mismo nacimiento. De ello son conscientes los bolcheviques, que en Febrero de 1917 exhortaban a los obreros a elegir diputados y organizar soviets “que se organicen bajo la protección de las tropas” insurrectas a partir de los comités que han protagonizado la huelga revolucionaria, y serán los propios bolcheviques también partidarios de que los soviets de obreros y los de soldados se fusionen.
La importancia que tiene la cuestión de las armas para los bolcheviques queda reflejada en su periódico, el Pravda, que sin dejar lugar pedía a obreros y soldados que “no entreguéis las armas, pertrechad a nuevos cuadros de la milicia revolucionaria. La revolución no ha concluido, las reivindicaciones del pueblo en armas están planteadas, pero aún no se han cumplido. Sólo nosotros podremos realizarlas”. Y en Marzo, un Lenin en el exilio indicaba por carta a los bolcheviques la táctica a seguir; “expectativa armada, preparación armada de una base más amplia para una etapa superior”, es decir, para la conquista del “poder por los Soviets de diputados obreros”. Los bolcheviques no dejan en ningún momento desde Febrero de 1917 de crear destacamentos de obreros armados y milicias obreras, incautando el armamento en las fábricas de armas. A partir de estos se formaría la Guardia Roja, y de hecho fue incluso esta la misión inmediata “más importante” para el Soviet en 1917.

En realidad, los bolcheviques no tenían ni podían tener en marzo de 1917 un ejército político preparado. Lo fueron formando (y lo formaron, por fin, hacia octubre de 1917) sólo en el transcurso de la lucha y de los choques de clases de abril a octubre de 1917; lo formaron pasando por la manifestación de abril, y por las manifestaciones de junio y julio, y por las elecciones a las Dumas de distrito y urbanas, y por la lucha contra la korniloviada, y por la conquista de los Soviets. Un ejército político no es lo mismo que un ejército militar. Mientras que el mando militar comienza la guerra disponiendo ya de un ejército formado, el Partido debe crear su ejército en el curso de la lucha misma, en el curso de los choques entre las clases, a medida que las masas mismas se van convenciendo, por propia experiencia, de que las consignas del Partido son acertadas, de que su política es justa.
J. V. Stalin. “La Revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos.”

Como bien afirma Stalin, el ejército rojo no se crea de un golpe, no nace por un decreto de la noche a la mañana. Es un ejército político conformado por las masas que se crea en torno a la lucha revolucionaria, a la confrontación ideológica hasta 1917, y lucha armada en la posterior guerra civil con los oportunistas y conciliadores apoyados por los ejércitos imperialistas. Las armas, como resaltaban los bolcheviques desde Febrero hasta Octubre, eran necesarias, pero la experiencia revolucionaria de las masas armadas, era indispensable para constituir el “ejército rojo”.